La vida te pone a prueba

Cuando crees que tienes todo controlado y que en una cierta medida o por un periodo de tiempo ya has cubierto el cupo de situaciones incontrolables y hostiles en tu vida, ¡zas!. La vida ataca de nuevo. Y te deja, desnuda el alma y vacío el corazón. Te preguntas por qué seguir y para qué, dudas no sólo de ti misma, dudas, de la vida. Cuando este punto llega, hay que buscar fuerzas, ser fuerte, seguir caminando pero ¡es tan difícil!.

Te dan consejos, te dicen que todo pasa, pero cuando todos se van y te quedas tú, con tu dolor y con tu pena, con tus incertidumbres y tu soledad, la vida se derrumba ante tus pies. Qué fácil es dar consejos cuando se mira la vida desde las gradas. Qué fácil es dar consejos cuando no has vivido una situación similar en tu propia persona. Qué atrevidos, qué osados somos muchas veces los seres humanos.

Supongo que cuando la vida te pone a prueba es cuando aparece o reaparece tu verdadero tú. Aquél que no sabías ni que existía. Y te asombras, muchas veces para bien, y dices y piensas “no pensaba que era capaz de esto”. Eso es en definitiva el encanto de la vida, su esencia. El afán de superación y la superación en sí. Cualquier adversidad que te toque lidiar será siempre para hacerte más persona, más humano. Y me temo que de esto, de las adversidades, de los infortunios,  no nos libramos nadie.