Tomamos decisiones constantemente y diariamente y aunque muchas de ellas son automáticas, imperceptibles y rutinarias, otras muchas son las que trazan el camino de nuestra vida. Saber tomar decisiones adecuadas en el momento perfecto es una habilidad y fortaleza que pocos poseen. En la mayoría de los casos, la incertidumbre se apodera de tus sentimientos y es realmente difícil tomar una decisión que cambiará el rumbo de tu vida por completo.
Hay momentos que te guías por la intuición, por el primer pensamiento que te vino a tu mente cuando la vida te puso ante esa conjetura. Muchas veces es la decisión adecuada ya que el azar ha jugado sus cartas. Tomar decisiones al azar y por intuición es un juego que conlleva riesgo y atrevimiento. Un juego en el que muchas personas creen en según qué situaciones, todo sea dicho de paso.
Existen también esos momentos que sabes que tienes que tomar una decisión drástica y firme sobre una situación pero no lo haces. No tienes fuerzas o ganas. ¿Por qué? Porque tomar una determinada decisión, aparentemente la correcta y adecuada por la mayoría de la población, no es lo que tú quieres o deseas. Comprendes que tu sentido de la felicidad es diferente al resto de la mayoría de la personas que te aconsejan y quieren guiarte. Si bien es cierto, una decisión tiene que tomarla la persona dueña de su vida y no otra. Las situaciones vistas desde fuera pueden parecer muy obvias pero a lo mejor no lo son tanto. Estamos muy acostumbrados a dar consejos baladíes y no somos conscientes de que nuestros consejos pueden tener muchas repercusiones.
Ojalá predominasen los momentos donde las decisiones que tomas son un éxito y puro acierto. No siempre es el caso. Tomar una decisión y “arrepentirse” de haberla tomado, es algo que como ser humano en un momento u otro tienes que experimentar. Estas decisiones son las que más nos enseñan, las que nos hacen crecer y aprender.
¿Te quedas o te vas?¿tu familia o tu trabajo? ¿tú o él/ella? ¿un cambio total o la misma rutina? ¿lo intentamos o lo dejamos? ¿ahora o nunca? . Para bien o para mal tienes que tomar decisiones para construir el camino de tu vida. Tómalas pero por favor, las que sean, que sean las tuyas y no las de otros.
6 comentarios
En el pasado había personas que me decían lo que tenía que hacer, hace años que esto ha cambiado.
Me alegro que seas tú la que llevas las riendas de tu vida ahora, Ana. Gracias por tu comentario y por leernos.
Interesante este artículo, gracias.
Gracias a ti, Julieta. Un saludo.
Si pero a veces es muy difícil tomar decisiones a mi me cuesta mucho
Es difícil pero muy necesario hacerlo sino las consecuencias son peores. Suerte.