Me quedo perpleja cuando algunas personas te dicen “a mí no me gustan los cambios”, ¿de verdad la gente no se da cuenta que la vida es un constante cambio?. Todos los cambios que te ocurren te ayudan a resolver el puzzle de tu vida.
Nuestra vida cambia en cada momento e instante. Muchas veces sin darnos cuenta ya que esos cambios no afectan a nuestro día a día especialmente. Son cambios irreflexivos, no pensamos sobre ellos. Te pondré un ejemplo. En un mes puedes creer que tu vida no ha cambiado pero al mismo tiempo han ocurrido una cantidad de sucesos que han hecho que tu vida no sea la misma; momentos vividos en unas vacaciones, un colega nuevo que se ha incorporado al trabajo, un cambio de casa, una conversación determinada con una persona, una cena con nuevos compañeros de trabajo, un nuevo amigo, conductas más desafiantes en alguno de tus hijos, en fin, infinidad de pequeños cambios que hacen que tu vida, simplemente, cambie.
Luego están los grandes cambios positivos y “negativos”. Los primeros son los que inmediatamente que suceden, te hacen feliz. El nacimiento de uno de tus hijos, haberte quedado embarazada finalmente, tener una nueva pareja, aumento de sueldo, haber aprobado una asignatura, una oferta del trabajo soñado etc. Los segundos son los cambios reflexivos, esos que son necesarios, arduos y en muchas ocasiones crueles. Rupturas sentimentales, pérdidas de personas muy queridas, despidos laborales, cambios de nivel de vida, repentinas enfermedades, etc. Estos cambios te hacen preocuparte, inquietarte, alarmarte, angustiarte, obsesionarte y sobretodo RENOVARTE.
De todas maneras, no seamos ingenuos, todo tipo de cambio está cambiando tu vida. A veces, los cambios irreflexivos, los casi inexistentes, son los que más mella hacen. Seguramente, porque nuestra mente no está en alerta ante ellos.
Hace poco más de tres meses, unas amigas y yo nos embarcamos en un experimento. La hipótesis del experimento se basaba en comprobar si podías ser feliz 100 días seguidos en tu vida. Es decir, buscar la felicidad en cada uno de los 100 días. Lo hicimos mediante un chat de whatsapp y lo único que teníamos que hacer era mandar una foto al final del día de algo que no hubiese hecho felices. Al acabar el experimento, pudimos ver cómo habían cambiado nuestras vidas en tan sólo 100 días, además de demostrarnos a nosotras mismas que éramos capaces de encontrar algo de felicidad en cada uno de los días. Tuvimos días con noticias desgarradoras donde fue muy difícil encontrar un poco de felicidad y días inmejorables con noticias insuperables. En tres meses, la vida de las tres había dado un giro de 90º. Pudimos comprobar que la vida es un constante cambio. Si lo vemos desde otro punto de vista, desde el positivo, los cambios nos dan más vida, más pasión, nos hacen más personas, más fuertes. Es cierto que los cambios tambalean tu rutina pero son los que te hacen poner los pies en la tierra, los que despiertan tu mejor tú. Sé consciente de todos los cambios porque todos cimientan tu vida. No todos los cambios son negativos, yo me atrevería a decir que la gran mayoría son positivos a un largo plazo. Anclarse en una rutina, monótona y uniforme es vivir un poco al margen y la vida es para vivirla al máximo. Los cambios son ley de vida, ahora bien, de ti depende hacerlos reflexivos o irreflexivos, aprender de ellos o darles la espalda.
4 comentarios
Los cambios te ayudan mucho. Lo digo por experiencia. Ha habido momentos que aunque no he querido que pasasen, ahora veo que es lo mejor que me pudo pasar
Muchas gracias por tu comentario, Araceli. Me alegro que haya sido así. Es cierto que te ayudan mucho. Un saludo
La verdad es que nunca había pensado que la vida es un constante cambio pero si te pones a pensarlo te das cuenta que la vida si que cambia bastante de un día para otro
Hola Luisa: Me alegro que el artículo te haya hecho reflexionar un poco. Sí la vida es un cambio, pero un cambio muy bonito. Cuídate.