Cómo cambiar nuestros pensamientos positivos en negativos

Si existiese una fórmula exacta para cambiar nuestros pensamientos negativos y convertirlos en positivos, todos lo haríamos. La cosa no es tan fácil. Lo primero, según mi humilde opinión, es reconocer cuando estamos teniendo pensamientos negativos que vayan a influir en nuestra autoestima y consecuentemente en las decisiones y acciones que tomamos en nuestro día a día.

Muchas veces hasta que el daño no está hecho no nos damos cuenta de que aquello que pensábamos, era perjudicial para nosotros. Son simples pensamientos, nada más, o eso creemos. Sin embargo, estos pensamientos son mucho más peligrosos de lo que nos imaginamos. Nuestros pensamientos se convierten en sentimientos y nuestros sentimientos regulan nuestras acciones (cómo actuamos).

Te pondré un simple ejemplo:

 Una mañana cualquiera me levanto y me digo a mí misma que el día me va a ir mal. Empiezo a desayunar y me recuerdo no esforzarme mucho en nada porque el día haga lo que haga va a ir hacia abajo. También me paro a pensar que además la última vez que tuve un día así todo cayó en picado y hoy no va a ser diferente. Además me veo feísima y no tengo ganas de nada. Hoy no estoy para nadie. Salgo de casa con cara de desesperanza y con ganas de que sean las 7 para volver y tumbarme en el sofá. “Lo ves?” Me digo a mí misma “tenías toda la razón, el día ha sido espantoso”.

Aquí tenemos un claro ejemplo cómo nuestros pensamientos se han convertido en sentimientos y cómo nuestros sentimientos han regulado nuestras acciones. Todo lo que me he propuesto hacer ha empezado con la negación y el fracaso y mis acciones se han basado en esa actitud.

Es un simple ejemplo para entender cómo nuestros pensamientos negativos pueden ejercer un gran papel en nosotros. Ahora puedes pensar en cualquier proyecto, en cualquier meta, en cualquier objetivo que te quieras proponer y pensarlo desde el lado positivo y negativo. La diferencia es abismal.

Ahora bien, ¿cómo reconocemos los pensamientos negativos de los positivos?. Esto ya no es tan fácil. Ya que cuando nuestra mente está en posición de negación, nosotros mismos también lo estamos y no vemos más allá. No sentimos que estemos pensando en negativo. Creemos que estamos teniendo un mal día (si nos basamos en nuestro ejemplo anterior). Y ¡ojo! Tener un mal día lo tenemos todos (un mal día y muchos) lo curioso es cuando nuestro día está ya torcido antes de empezarlo o incluso antes de haber hablado con nadie. Ésta es la diferencia. La base la hemos creado nosotros y no los infortunios de la vida en sí.

La primera y primordial fase es: RECONOCER AL ENEMIGO.

Saber que nuestros pensamientos están siendo negativos y muy subjetivos es la base para poder cambiarlos. A lo mejor pensar en otros escenarios en la vida donde haya reaccionado desde el lado negativo y las consecuencias hayan sido nefastas es una manera de poder reconocer al enemigo cuando se presenta en nuestra puerta de nuevo. Si pensamos en el ejemplo en el cual nos estamos basando sería pensar la ultima vez que tuve una actitud parecida a un comienzo y planteamiento de día.

No podemos eliminar nuestros pensamientos negativos por completo, lo que podemos es estar alerta para poder reconocerlos cuando vengan. Cuando nos damos cuenta de que estamos teniendo pensamientos negativos podemos reaccionar de esta manera:

1. Cambia lo negativo en positivo. Por ejemplo, si estás preocupado por lo que puede ir mal, enfoca tu mente en lo que puede ir bien. La mente sólo puede pensar un pensamiento en cada momento, por tanto cambiando el pensamiento negativo por el positivo, elimina el negativo.
2. Usa una afirmación positiva sobre ti mismo. Una opinión positiva y autónoma sobre ti. Tu mente se enfocará en lo que te estás diciendo a ti mismo.
3. Usa tu humor y diviértete. Cuando tenemos pensamientos negativos nos ponemos muy serios y estresados. Piensa en algo que te haga reír o haz algo que te divierta.
4. Recuérdate a ti mismo que los pensamientos negativos que estás teniendo son sólo pensamientos negativos, no se corresponden la realidad.

Estas técnicas no funcionan siempre, hay días que nuestros pensamientos negativos invaden nuestra vida y no tenemos la fuerza para cambiarlos. Pero sí es verdad, que hay que intentarlo, hay que intentar siempre cambiarlos. Tenemos que ser diligentes con nosotros mismos y tenemos que saber reconocer al enemigo y hacerle frente porque una batalla solo se puede ganar si uno lo intenta.